Cada vez más, el cabello se convierte en una forma de expresión. Desde las mechas definidas hasta las coloraciones tecnicolor, tu cabello dice mucho de ti. Y si hablamos de balayage, seguramente nos vienen a la mente mujeres sofisticadas, inteligentes y amantes de la «effortless beauty».
Aunque el balayage parezca una tendencia relativamente nueva, tiene sus comienzos en el salón Carita de París en los 70, y primero se conoció como ‘Balayage à Coton’ porque la técnica se realizaba con algodones para separar el cabello que no debía sufrir decoloración (todavía se sigue utilizando en muchos salones).
Pero no fue hasta los episodios finales de Sexo en Nueva York cuando empezamos a preguntarnos qué llevaba Sarah Jessica Parker que le daba ese color luminoso maravillosamente natural.
Y cuando las redes sociales mostraron los detalles de la técnica y celebrities como Lauren Conrad suavizaron sus mechas hacia un estilo más europeo había nacido oficialmente un nuevo estilo: el balayage.
Hoy en día no hay un consenso acerca de la técnica, pero sí hay un denominador común: se realiza a mano alzada y es menos contundente que el ombré que caracteriza las californianas, dando luz en puntos estratégicos. Esto permite que pueda realizarse también en melenas oscuras y que es tan natural que permite espaciar las visitas al salón.